miércoles, 25 de febrero de 2015

La casa del lechazo

Uno de los mandamientos que tienen nuestras escrituras es que cada cosa hay que comerla en su casa y, sin duda, la casa del lechazo es el restaurante Mannix de Campaspero en la provincia de Valladolid.
Para los que no conocen el producto decirles, aparte de que ya están tardando en ir en procesión a probar uno de los platos más típicos de Castilla, que el lechazo es la cría de la oveja, genéricamente cordero, que ha sido alimentado sólo con leche materna. Por supuesto que en este caso se trata de lechazo churro, con lo que también debe ser hijo de una hembra ovina de raza Churra. El peso medio del estos corderos es de unos 6kg aproximadamente.

Campaspero, localidad donde se encuentra el restaurante, es un municipio de unos 1200 habitantes de la provincia de Valladolid y que se encuentra situado entre Cuéllar (tierra de encierros) y Peñafiel (tierra de vinos). Localidades que desde aquí aconsejamos visitar.
Campaspero es conocido sobretodo por su piedra caliza, que tanto se usa en la construcción, además de por su lechazo asado, claro está.

El restaurante que cuenta con mucha tradición y experiencia en lo que al asado de lechazo se refiere, tiene entre otros reconocimientos el Blasón de Oro y del Turismo en 1999 y en el año 2000.
El asado se realiza en hornos tradicionales con leña de encina y sobre cazuela de barro, como debe de ser. Al ser un producto con una preparación larga es casi obligatorio reservar antes, así seguro que es una apuesta segura.
Dicen los más sabios que cuando uno quiere comer lechazo solo debe pedir lechazo y ensalada ya que es la mejor manera de saborearlo. Nosotros, como buenos monaguillos, así lo hicimos y... no les quitamos la razón. Sin duda, es la mejor manera de comerlo. Estilo antiguo.
La ensalada, al estilo tradicional, contiene simple lechuga, tomate y cebolla. Pero no le hace falta nada más, lo aseguramos.
El lechazo lo sirven por cuartos, en su propia cazuela de barro, al centro de la mesa y lo parten allí mismo.
La carne está tierna, jugosa, sabrosa, y en su punto justo de asado. Tantos años al lado del fuego son un buen currículo para dar a la carne ese color dorado tan particular. No podemos poner ni un solo pero a lo que nos sirvieron. Íbamos a por lechazo y un muy buen lechazo nos comimos.

Cuarto de lechazo

Una de las cosas que más diferencian un buen sitio para comer lechazo de uno malo es que, una vez comido, no te repita el sabor hasta la saciedad. Si has comido lechazo y estás todo el día con su sabor en la boca… mala señal. Hay sitios donde comes lechazo y después no te quedan ganas de volver a comerlo en una gran temporada. Este no es el caso, aquí te quedarán ganas de volver. Asegurado.

Al tratarse de un animal pequeño los cuartos no son grandes y dependiendo de quien sea tu pareja de baile quizás os atreváis a pedir un cuarto por persona. Eso sí, sin entrantes. Solo con ensalada y siendo dos buenos frailes, claro.

En cuanto a los postres hemos de decir que nos sorprendieron gratamente. Últimamente en todos los restaurantes nos están sorprendiendo en este aspecto. Algo de agradecer que trabajen este plato y no recurran al típico "flan, tarta y fruta".
Pedimos crema castellana; de aspecto similar a la crema catalana pero con una textura algo más cremosa.

Crema castellana

Y un "Toma Te un queso" realmente exquisito, sorprendente y original. Una manera diferente de comer tarta de queso, con una textura más aproximada a la mousse y con apariencia de tomate. Postre muy aconsejable.

"Toma Te un queso" del Facebook del restaurante

Pero todo no puede ser tan maravilloso y en esta ocasión tienen un importante pero que quizás deban analizar si quieren ser el gran restaurante que venden. La confianza que se toma parte del servicio y cocina con los comensales es excesiva y en muchos casos resulta desagradable y molesta.

Puntuación (1 a 10):
-Servicio: 4
-Cantidad: 7
-Calidad: 9
-Precio: 7

Valoración global: 7. Lechazo de gran calidad y asado de manera tradicional, tal como se espera de este sitio. Quizá uno de los mejores lugares para comer este afamado producto. Pero deberían controlar ciertas actitudes ya que en ocasiones el trato puede matar la magia de una gran comida.