miércoles, 12 de septiembre de 2012

En el filo del "pero".

Después de una pequeña temporada de vacaciones nos adentramos de nuevo en lo que realmente nos gusta: la comida.
Esta vez hablaremos de un restaurante que está situado en el centro de Huesca, se llama "Los Fogones". Está muy cerca de la basílica de San Lorenzo, donde aguarda el santo que da nombre a las recientes fiestas patronales de Huesca.

Basílica de San Lorenzo

Nos habían hablado mucho sobre este restaurante y teníamos opiniones de todos los tipos. Bien, mal, regular... Pero no teníamos una opinión clara. Siempre era un "Bien, pero...", "Mal, pero...". Así que decidimos ir a comprobarlo nosotros mismos.

Podemos decir que en poco tiempo hemos ido varias veces precisamente para quitarnos alguna espina de la vez anterior. Algo que, a nuestro juicio, no ocurrió.
El restaurante es céntrico, tranquilo y con una decoración armoniosa. El servicio es atento y educado. Su carta se centra en carnes de mar y de montaña, arroces, y raciones marineras. De todas maneras, es posible que os encontréis algún pero. Además, la carta no es muy variada. Unos 4 o 5 platos por tipo.

En nuestra primera visita decidimos tener varias opciones en la mesa. Tanto menú de arroz (unos 14€), cómo menú del día (unos 12€). El precio del menú diario es más que asequible dada la variedad y la cantidad.
Esta vez el menú de arroz incluía como entrante un cazón en adobo y como primero un generoso plato de jamón y tomate rosa de Huesca, muy típico. El plato no es muy reseñable pero debemos decir que el tomate es muy rico y jugoso y que el jamón no es envasado, que es un punto a favor.

Cazón en adobo, jamón y tomate rosa

El plato principal del menú de arroz lo suelen variar diariamente. Esta vez nos tocó un arroz con cangrejos de playa. El plato es muy copioso y nos hemos dado cuenta de que sirven la misma cantidad si se pide el menú una persona que si lo piden dos. La verdad es que de esa gran cazuela pueden salir 3 o 4 platos, así que puede ser una opción, cuando se va acompañado, que uno pida el menú diario y otro el de arroz.

En cuanto al arroz... era bastante bueno. Cremoso y con un sabor muy intenso gracias a los cangrejos. Tenía un pequeño golpe de horno, ya que el arroz quedaba algo turrado en la parte superior. En definitiva, mucha cantidad y bastante calidad en cuanto al arroz.

Arroz con cangrejos de playa

En cuanto al menú... Tiene casi más variedad que en carta. 
Elegimos de primero un delicioso revuelvo de boletus con jamón. Tenía un sabor exquisito gracias a los boletus que es una de nuestras setas preferidas por su sabor suave y por su gran intensidad. Su textura era agradable ya que los boletus eran muy tiernos.
Sí que es verdad que algún trozo de huevo estaba algo crudo y el jamón un poco grande pero, en general, estaba muy bueno. El plato es generoso.

Revuelvo de boletus con jamón

Y de segundo, secreto ibérico a la brasa. Como podéis ver, de brasa tiene poco...
La carne no era nada sabrosa y la placa caliente en la que venía servida hacía que la carne se agarrase un poco, aunque le daba un sabor un tanto especial. Eso sí, de sabor... nada de nada.

Secreto a la brasa con pimientos

En cuanto a postres... muchos de ellos son caseros, así que siempre suelen ser más buenos que prefabricados.
Nos resultó especialmente bueno el "yogurt casero con miel y nueces" y el "coulant de chocolate".
Entendemos que son postres algo empalagosos para los que no les guste mucho el dulce, pero son realmente buenos.
El yogurt es muy cremoso y con sabor a leche, como los yogures caseros antiguos. Os lo recomendamos.

Yogurt casero con miel y nueces

El coulant, para los que no lo sepáis (que lo dudamos), es un bizcocho de chocolate relleno de más chocolate que se sirve caliente. Vamos, una muerte dulce.
Suele ser muy agradable a la boca debido a la temperatura y si el bizcocho es bueno puede ser una delicia.

Coulant de chocolate



Puntuación (1 a 10):
-Servicio: 5,5
-Cantidad: 6
-Calidad: 5,5
-Precio: 6

Valoración global: 5,5. Hay ciertos detalles en la comida en los que deberían mejorar. Aún así, tienen platos que recomendables. Aunque la carta es muy escasa, su menú de arroz o diario es muy variado y el restaurante es tranquilo.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Verde albahaca y rojo carne.


Como manda la tradición en San Lorenzo, el día 10 de agosto se come en familia. Y como somos una pequeña gran familia, así lo hicimos. 
Tras intentar reservar en varios restaurantes sin ningún éxito se nos encendió la bombilla y pensamos en un restaurante que abrió no hace mucho tiempo y del que habíamos oído hablar bastante bien, el "Fhosko". A escasos 300 metros de la catedral oscense.

Catedral de Huesca

Restaurante más o menos reciente está situado en uno de los locales “clásicos” de Huesca con una decoración bastante cuidada aunque sin ser éste su punto más fuerte. Tienen un comedor exterior en terraza con bastante flora en la que se está muy a gusto. Debido a las altas temperaturas de estos últimos días nos decantamos por el interior.

Con la carta en la mano tenemos que decir que quizás falta algún entrante más, aunque los que hay son bastante buenos. Se quedan un poco cortos en ese sentido. Nosotros nos decantamos por un "Micuit de pato con frutos rojos", quizás servido demasiado frío, un "Provolone a la plancha" que estaba muy bueno (aunque le sobraba algo de salsa de soja) y una "Ensalada de perdiz escabechada y jamón de pato" exquisita. Todos estos platos son perfectos para compartir en el centro de la mesa.

De segundo, lo teníamos claro; carne a la piedra. Es la especialidad de la casa y el producto del que más nos habían hablado.
Tienen varias carnes servidas de esta forma: solomillo, entrecot, chuletón de buey, chuletón de buey de una variedad superior... aparte de algún tipo más de carne y algunos pescados.
Nosotros probamos el entrecot, el solomillo y el chuletón de buey de la variedad superior. 
Lo sirven bien troceado con varias piedras calientes, dependiendo del número de comensales. Todo ello en el centro, para que cada uno se lo prepare a su gusto.


La carne es realmente buena en cualquiera de sus variedades. Salvando las distancias entre ellas, claro. Todas eran tiernas, jugosas y sabrosas. 
El solomillo es carne más fina y exquisita; el entrecot es carne más basta y el chuletón tiene un sabor intenso. Aunque si tuviéramos que elegir una sola variedad quizás nos decantaríamos por el chuletón de buey ya que su entreverado hacía la carne muy jugosa y con mucho sabor (sobre todo cerca del hueso).
Añadir que el precio del chuletón es por kilo y que va desde los 35€ a los 39€ del chuletón superior. No se puede pedir menos de un kilo.
El chuletón va a peso y el entrecot y el solomillo va por pieza.


Aunque aseguramos que la carne es realmente exquisita, hay varias cosas que quizás puedan mejorar en el restaurante para hacer de éste un lugar excepcional para ir a degustar estupendas carnes.
Nosotros vamos a sugerir 4 cosas que echamos en falta y que creemos pueden ayudar a mejorar sustancialmente su calidad:

1º Tienen que estar más atentos a las piedras y cambiarlas cuando se ha pedido bastante cantidad o el número de comensales es elevado, ya que la carne se termina haciendo en una piedra más bien templada. Aunque quizás fuimos en unas fechas en las que el servicio no está al 100%.

2º Aunque la carne ya sale con sal de la cocina debería venir acompañada de un salero, para que el que quiera pueda darle un toque más de sal.

3º Deberían cuidar un poco más la extracción de humos en un local donde se sirve carne a la piedra.

4º Es recomendable templar la carne antes de servirla. Si se sirve fría, al cocinarla, puede quedar el interior frío mientras que el exterior se pasa.

Aún con esos 4 detalles podemos decir que es un buen sitio para ir a comer una excelente carne a la piedra y, además, con una buena relación calidad/precio.
Los precios para una comida como la nuestra con vino, postres y café incluido ronda entre los 25 y los 30€.

Sobre el servicio podemos decir que es atento aunque en esos días hacen lo que pueden, como todos.


Puntuación (1 a 10):
-Servicio: 5,5
-Cantidad: 7
-Calidad: 8
-Precio: 6

Valoración global: 7. Restaurante especialista en carne a la piedra, a un precio razonable. Cuidando algún detalle sería un sitio perfecto. Prometemos volver a comprobarlo.

lunes, 16 de julio de 2012

¡Menudo kilombo!

No sabíamos que "Rekons" tenía varios establecimientos en Barcelona hasta que consultamos en Internet. De hecho, no sabíamos ni de la existencia de un sitio tan acogedor, tranquilo y, a su vez, tan visitado.
Tienen 3 establecimientos repartidos por toda la ciudad condal. Son una mezcla entre cafetería, bar de barrio y restaurante. Su especialidad son unas exquisitas empanadas artesanas.
Dicen que también tienen los mejores bocadillos de Barcelona, aunque eso es mucho decir.
Barcelona siempre ha sido una ciudad con ajetreo pero apaciguada, bulliciosa pero con sitios paradisiacos, una ciudad moderna. Un ejemplo es la "casa okupa" que se encuentra justo al lado de este "restaurante" (nos da apuro no poner comillas ya que no es un restaurante al uso). El sitio está en la esquina entre la C/ Comte d'Urgell y C/ Floridablanca.

Casa Okupa de Comte d'Urgell

Es muy recomendable acercarse en verano porque no hay nada como tomarse una de sus empanadas en su pequeña terraza. También recomendamos sus tés o sus dulces (tartas, pasteles...).
Sin duda, se han hecho famosos por su servicio cercano y por sus excelentes empanadas artesanas. Además, tienen gran variedad en sabores. Variedad en formas y gustos.
Empanadas de carne, atún, espárragos, calabacín, puerro, bacon... Como veis hay mucha diversidad en las empanadas. Es muy famosa su empanada de carne y calabaza o carne y berenjena picante. Aunque nosotros no las hemos probado. Cuando el río suena...

Metidos en harina... nos habían recomendado el "kilombo". No nos pudimos resistir. El "kilombo" consiste en una gran ensalada a la que se le unen 3 empanadas a elegir. Es muy buena opción ya que puedes elegir "el gordo" del plato. Hemos visto por Internet que los ingredientes de la ensalada pueden variar, de todas maneras, con nosotros acertaron de lleno. En la ensalada podemos encontrar varias frutas como mango, pera, fresas... Por cierto, ¿sabías que la fresa no es en sí una fruta? La fresa, en realidad, es un racimo, y la fruta son los puntitos negros que están en su parte más carnosa.
Y siguiendo con el plato... también encontraremos berenjena, espárragos, queso fresco, etc. Lo que nos llamó la atención y estaba realmente bueno era una rodaja de tomate con una rodaja de pera y un trozo de queso fundido en la parte superior. El toque del horno en el tomate y en la pera quedaba espectacular y la mezcla de sabores es realmente buena. ¡Debéis probarlo en casa!


Y en cuanto a las empanadas, pues ¿qué decir? Que realmente tienen la fama que se merecen.
El mayor problema de las empanadas es que la masa, una vez horneada, quede poco jugosa y sea, incluso, difícil de comer. Quizá por eso la gente no suele comer los bordes, porque quedan algo secos y duros después de hornear la empanada. Si la masa está bien hecha tienes miles de combinaciones en cuanto a sabores porque es muy probable que guste a cualquiera.
Nosotros elegimos una empanada de bacon y queso, una de espárragos trigueros y otra de apio, roquefort y nueces.
Vamos por partes. La de bacon y queso se puede decir que es algo típica. Dos ingredientes que nunca fallan. Así que diremos que estaba realmente buena. En su favor diremos que, al darle un toque de horno antes de servirla, el queso queda cremoso y bien fundido. Cuando se tarda en servir un queso recién horneado éste queda poco cremoso y con textura parecida al chicle. Algo que no gusta. Éste no era el caso. 
La de espárragos trigueros... ¡otro acierto! Estos espárragos, si no son a la plancha, siempre quedan sabrosos. Pasaban muy bien.
Después de la enorme ensalada (algo sobrada de sésamo y soja) y de las dos primeras empanadas ya empezábamos a estar algo llenos. Pero bueno, para el final siempre se deja lo que más nos gusta. Así que dejamos para el final la empanada de apio, roquefort y nueces.
El queso roquefort, como ya sabéis, es un queso algo fuerte y que hay a mucha gente que no le gusta este tipo de quesos. En la empanada quedaba deshecho, caliente y perfectamente ligado con las nueces y con el apio. Fue la que más nos gustó.
Es un plato realmente contundente, aunque no lo parezca.
El precio es asequible ya que se puede comer por unos 15€ (el "kilombo" son 11€).

Si estáis por Barcelona y veis un "Rekons", daos un capricho. Las empanadas, al ser individuales, son un acompañamiento perfecto para un paseo por esta sorprendente y preciosa ciudad.


Puntuación (1 a 10):
-Servicio: 6
-Cantidad: 7
-Calidad: 6
-Precio: 6,5


Valoración global: 6,5. Sitio de comida rápida, tranquilo aunque bullicioso. Empanadas artesanas buenísimas. Gran variedad y nada caro.

miércoles, 4 de julio de 2012

Próximas fechas en ferias y jornadas gastronómicas.

Para que no andéis desinformados, aquí os ponemos algunas de las fechas de próximas ferias y jornadas gastronómicas. Al llegar el verano siempre proliferan este tipo de eventos. ¡A disfrutar se ha dicho!

V Semana de la Tapa de Cuenca
• Lugar: Cuenca.
• Fecha del evento: del 3 al 7 de Julio.
• Actividades:
- Martes: Inauguración a las 20,00 horas
- Jueves: además de las  tapas de la feria habituales TAPAS HECHAS CON CERVEZA
- Sábado: Clausura y entrega de premios a las 22,30 horas
- Ludoteca gratuita para los niños asistentes de miércoles a sábado de 20,00 horas a 24,00 horas, con actividades de pintura, Karaoke, dibujo, baile, etc.
- Sorteo todas las noches a las 12,30 horas con la votación a la mejor tapa de 5 regalos donados por Mahou, Coca-Cola, cadena 100, Cadena Cope y Cámara de Comercio.
- Actividades deportivas para adolescentes en la calle Cardenal Gil de Albornoz

Festival de la Sidra 2012 en Nava
• Lugar: Nava (Asturias).
• Fecha del evento: del 5 al 8 de Julio.

IV Ruta de la Tapa – Casas de Don Pedro
• Lugar: Casas de Don Pedro (Badajoz).
• Fecha del evento: del 8 de Julio al 5 de Agosto.
• Establecimientos:
- Pub J.J.: lomo relleno de aceitunas
- Bar El paso: brochetas de sabores al estilo “el paso”
- Bar Iris: “bahia”
- Bar El campi: milhojas
- Rte. El parral: huevos rotos al pimenton de la vera
- Bar Los arcos: “montadito los arcos”
- Bar Chules: española rellena
- Bar La parada: “tartaleta rellena acompañada de mariquitas”
- Pub Siroco: redondito
- Bar La plaza: “de aquí y de allá”
- Rte. Bar “La venta Don Julian”: “tostas con sardinillas”
- Bar La estrella:  bocado veraniego
- Bar El pelao: “el pelao”
- Bar El pekao : “mar revuelto”
- Bar “El currichi”: flor de verano
- Discoteca “La nota”: secreto a la frambuesa
- Meson El montero: “huevos montero”

Festa dos Callos 2012
• Lugar: Meis (Pontevedra).
Fecha del evento: 8 de Julio.

Feria del ajo
Lugar: Santa Marina del Rey (León).
Fecha del evento: del 17 al 20 de Julio.

Mercado Marinero
Lugar: Punta Umbría (Huelva).
Fecha del evento: del 26/07/2012 al 29/07/2012.

Día de la Longaniza
Lugar: Graus (Huesca).
Fecha del evento: 28 de Julio.



Fiesta Medieval en Ayllón
Lugar: Ayllón (Segovia).
Fecha del evento: 30 y 31 de Julio.

V Jornadas Medievales
• Lugar: Burgos.
Fecha del evento: 31 de Julio y 1 de Agosto.

Festa do Viño Alvariño en Cambados
Lugar: Cambados (Pontevedra).
Fecha del evento: 3 de Agosto.

jueves, 28 de junio de 2012

Pechugas de pollo con bechamel gratinadas.

Somos unos aventureros. Lo admitimos. A veces, incluso, nos metemos en la cocina.
No somos grandes frailes en estos lares, pero sí buenos monaguillos.
Queremos demostrar, promulgar y animaros a que os metáis en lo que es la "cocina fácil".
Todos podemos ser buenos frailes. Y en ello estamos...
Así que ésta será la primera receta de nuestro pequeño convento.

¡Animaros a hacerla y no dudéis en comentarla! ¿Alguna sugerencia?


PECHUGAS DE POLLO CON BECHAMEL GRATINADAS

INGREDIENTES:

Pechugas de pollo.
Cebolla.
Sal.
Pimienta.
Tranchetes de queso o cualquier tipo de queso que nos guste.
Salsa bechamel: mantequilla, 4 cucharadas de harina, sal, nuez moscada y leche.
Queso para gratinar.

PREPARACIÓN:

Cortamos en tiras las pechugas y las salpimentamos (también se puede añadir un poco de nuez moscada si se quiere). Troceamos la cebolla y lo cocinamos todo a fuego lento durante unos 10 minutos aproximadamente.

A continuación preparamos una bechamel. Para ello derretimos un poco de mantequilla en una sartén y añadimos 4 cucharadas de harina, una poco de sal y una pizca de nuez moscada. Removemos hasta que tenga un color marroncito y poco a poco añadimos la leche hasta que espese al gusto. 
Para este plato es conveniente una bechamel algo espesa pero podemos añadir leche hasta que consigamos la textura deseada por cada uno. Si se quiere, también se puede usar bechamel de la que venden ya preparada, lo cual simplificará muchísimo la preparación del plato.

Mientras precalentamos el horno a unos 180º, mezclamos las pechugas y la cebolla (escurrido el aceite) en una fuente para horno con la base cubierta de bechamel y queso (tranchetes, queso de cabra o cualquier queso que nos guste). La bechamel y el queso debe cubrir todo (hay mucha gente que en este punto le añade también bacon troceado). 

Por último echamos una capa generosa de queso rallado para gratinar y lo metemos al horno en la bandeja central el tiempo justo hasta que tome un color dorado y ya estará listo para servir.

Por experiencia propia os garantizamos que es un plato exquisito, fácil de preparar (sobretodo si la bechamel es comprada) y que gustará a todo el mundo.


La foto no es nuestra pero os quedará algo parecido a esto. ;)

martes, 19 de junio de 2012

¿Te gustan los mejillones?

Hoy queremos hablar un poco más en profundidad de uno de nuestros productos preferidos: los mejillones.

Los mejillones (Mytilidae), son moluscos que viven en comunidades adheridos a rocas por medio de su pie, son exclusivamente marinos y viven sumergidos en la zona de mareas o por debajo de esta, repartido por las costas de todo el mundo.

Se denominan Filibranquios ya que los “pelos” que tienen son en realidad filamentos o ramificaciones de sus branquias. Los mejillones son moluscos filtradores y tienen una enorme capacidad de filtración, pueden llegar a bombear hasta ocho litros de agua por hora a través de una abertura en el borde del manto. El agua entra en la cavidad por la acción de los cilios, situados en las branquias. Los mejillones filtran el agua y se alimentan de fitoplancton y materia orgánica que está suspendida en el agua. Los palpos situados alrededor de la boca seleccionan las partículas que van a ser ingeridas y el alimento no consumido se expulsa a través de otra abertura del manto.

Los mejillones son unisexuales y la hembra puede llegar a depositar más de un millón de óvulos y la incubación, dependiendo de la temperatura del agua, puede durar entre una o dos semanas.

La mayoría del producto que se consume se cultiva en criaderos y viveros debido a su rápido crecimiento, facilidad para adherirse a soportes y una muy apreciada carne.
España (sobre todo las Rías Gallegas) y los Países Bajos son los países productores más importantes.
El cultivo en batea es el método tradicional de producción de mejillón en Galicia, recomendamos la visita a O´Grove donde se puede hacer una excursión por las Rías hasta las bateas en barcos preparados para este fin y, aparte, mientras recibes la explicación sobre su cultivo puedes degustar este magnífico producto.
El sistema de las bateas es el que mejor rendimiento da de todos los conocidos, y así lo demuestran los datos que nos dicen que más de la mitad de la producción mundial del mejillón, por cultivo, se produce en Galicia con unas 240.000 toneladas de mejillón comercializados al año.

Las bateas, dependiendo de la antigüedad, pueden tener diferentes sistemas pero en general son de forma rectangular y está formada por una serie de flotadores que sujetan una serie de listones de madera de eucalipto, con una superficie no superior a los 500 metros cuadrados.

El proceso de cultivo comienza con la obtención de la cría también llamada mejilla, que puede realizarse por medio de cuerdas colectoras en la propia batea aprovechando el desove del mejillón.

El paso siguiente es el encordado, donde con la ayuda de una red fina de algodón las mejillas se colocan sobre cuerdas, de entre 15 y 20 metros, que cuelgan de las bateas, donde permanecerán completamente sumergidas hasta que el peso de la cuerda sea de aproximadamente 100 kilos. Pasando un período de 4 a 6 meses es necesario hacer un desdoblamiento de las cuerdas, ya que multiplican su peso por 10. Esto consiste en sacar las cuerdas desprendiendo el mejillón y después se vuelve a encordar, obteniendo entre 2 o 3 cuerdas de unos 30 kilos, por cada una de las cuerdas iniciales.
Cuando el mejillón consigue unas medidas establecidas (para el grande hasta 27 piezas el kilo y de 28 a 37 piezas el kilo para el normal), se procede a la recolección, selección y envasado en sacos para enviar los mejillones a la depuradora y su posterior comercialización.

El mejillón es un alimento delicioso y muy popular en platos de nuestra gastronomía que además proporciona notables beneficios para nuestra salud. Posee alrededor de 4,5 mg de hierro por cada 100 gramos, cuando en la mayor parte de los pescados y carnes en general el aporte promedio ronda los 2 mg por cada 100 gramos. Aparate del hierro, también tiene poder antioxidante ya que contiene minerales como el sodio, potasio, fósforo, magnesio, yodo y selenio. Entre otras propiedades contiene vitamina E y vitamina C que poseen una gran capacidad para neutralizar a los peligrosos radicales libres. Asimismo, posee importantes cantidades de dos vitaminas que son esenciales para la formación de los glóbulos rojos de la sangre: ácido fólico y vitamina B12.
Todo ello lo convierten en un alimento ideal para prevenir la anemia. Para aprovechar todas estas cualidades antianémicas la mejor manera de consumirlo es hervido y con zumo de limón.

Recomendamos su consumo regular, aunque recuerda que los meses que contengan una R son los meses en los que los mejillones están en su mejor punto. Al que no le gusten los mejillones le podemos decir que todo es ponerse. Lo decimos por experiencia personal ya que uno de nosotros, hace unos 6 meses, los odiaba y ahora los adora. Por algo será.

jueves, 7 de junio de 2012

Para bueyes, ¡los de Segovia!

Los auténticos bueyes existen y están en Segovia.
Son muchas las veces que hemos oido que la carne de buey es dificil de encontrar y que casi siempre te dan gato por liebre. Pues en Carbonero (Segovia) puedes ver hasta la foto del buey que te estas comiendo con su correspondiente sello de garantía. El sitio es el mesón "El Riscal".
"El Riscal" fue pionero en la producción de bueyes de trabajo españoles y es conocido por tener ganadería propia. Así que el que dude de la autenticidad de la carne, puede ir a verla.
El mesón, con buen acceso, está situado junto a la carretera que cruza el pueblo. Buen aparcamiento y con varios comedores. Se nota que intentan renovar el restaurante cada cierto tiempo ya que todos los comedores tienen una decoración moderna y elegante.
Es un sitio de gran prestigio y fama, no solo en la zona, como atestiguan las cantidad de fotos con distintas personalidades que han pasado por el restaurante y la ganadería. Sus bueyes son famosos.
Su plato principal es la carne de buey (con certificación CaBu) a la piedra, pero siempre acompañados de unos buenos entrantes. Desde luego, no esperes grandes cantidades en estos platos, porque te llevarás una desilusión. Merece mención especial el carpaccio de buey. Al que le guste este tipo de carne deberá pedirlo ya que es realmente excepcional. No te defraudará.
El resto de entrantes que hemos probado son buenos, sin llegar a ser espectaculares.
Todos llevan una muy buena presentación pero, como hemos dicho, son un poco escasos.
Las ensaladas tampoco están nada mal y son un buen acompañamiento tanto para los entrantes como para la carne.
El plato principal y el que ha dado la fama al restaurante, es la carne a la piedra.
Te sirven un plato de carne de buey fileteada muy fina y una piedra caliente para hacerla al gusto propio (como debe ser).


Es tan fina que en unos pocos segundos pasará del plato en crudo a la piedra caliente y seguido a la boca del comensal. Para nosotros quizás se sacaría más provecho si no fueran laminas tan finas, pero eso es cuestión de gustos y "El Riscal" así gusta. Quizás sólo sea cosa nuestra...
Aparte de eso, la carne es tal como se la espera. Muy sabrosa y tierna y la acompañan de unas patatas que siempre hacen buena compañía.


Sobre los postres destacar por encima de todo la tarta de queso (creemos que el postre ha cambiado de nombre). Es realmente espectacular, a la altura de la carne. La presentación de cualquiera de los postres es muy original.


El servicio es muy atento y el sitio está preparado para recibir a mucha gente. El precio puede ser un problema ya que, hoy por hoy, está entre los 40€ y 50€ por persona. Quizás la fama y la modernización del local influyen para que el precio aumente. En este caso creemos que sí. Pero eso sí, nadie te podrá volver a decir quer no has probado la auténtica carne de buey.

Puntuación (1 a 10):
- Servicio: 8
- Cantidad: 6
- Calidad: 8
- Precio: 6

Valoración global: 7. Comerás buey del bueno, del de verdad. Muy buen sitio, con un buen servicio y con calidad en todos los platos. Precio elevado, ya que es sitio de renombre.

martes, 29 de mayo de 2012

Tranquilidad y buenos alimentos.

Esta vez teníamos dudas de a qué restaurante acercarnos. Varias fueron las opciones, pero nos decantamos por "El Bodegón".
Está situado en el casco viejo de Huesca, muy cerca de la catedral. Tiene una cuidada decoración que nos traslada a una gran bodega (arcos, columnas...) en el que se está realmente cómodo y el ambiente es agradable (aunque el hilo musical no es del todo acertado para un restaurante).
Su especialidad son las brasas y el pescado, pero tienen una cuidada carta con diferentes platos en los que podemos pedir desde una simple ensalada a un plato mucho más sofisticado.
La opción de menú también es acertada porque tienen variedad, calidad y no es excesivamente caro.

El restaurante es acogedor y, aunque no parece muy grande, tiene bastantes mesas. Todas ellas entre las columnas de la gran bodega. Al fondo podemos encontrar un gran botellero donde se hayan decenas de botellas de vino, siguiendo con la temática del restaurante.
El servicio es atento, aunque no excesivamente.

En cuanto a la comida... Nos sorprendió gratamente. No pensábamos comer tan bien, aunque nos habían recomendado el restaurante en varias ocasiones.
Como es lógico tienen una variada carta de vinos. Nosotros nos hemos aficionado a un tinto joven del Somontano llamado "Sevil". Muy aromático y con sabor afrutado y, además, nada caro (unos 9-10€).
Para acompañar al vino elegimos de primero un "Hojaldre de verduras con gambones y mezclum".
El hojaldre quizá resulte algo seco de primeras, pero al mezclar todos los productos resulta muy bueno al paladar ya que no es nada grueso.


La carne de los gambones (bastante grandes, como podéis ver) estaba tierna y caliente, recién hecha. Y el mezclum de ensalada daba un toque fresco al plato con sabores como el albahaca, escarola o canónigos. Así pues, podemos decir que la mezcla era sorprendentemente buena, tanto en sabor como en temperatura.
Un plato el cual disfrutamos y comimos lentamente.

De segundo tienen gran variedad en carnes y, aunque sus pescados también son famosos, no tienen tanta variedad en éstos. Las brasas siempre le dan un toque especial al gusto de cualquier carne. No fue menos en nuestra "Paletilla de ternasco".
Estaba espectacular. El único "pero" es que quizá le faltaba un poco más de cocción en la brasa ya que la carne no se separaba bien del todo del hueso. Por lo demás... increíble.


La carne estaba jugosa, tierna y muy sabrosa, con ese sabor tan típico del ternasco. La carne exterior crujiente y bien apañada con aceite, sal y una pizca de ajo. Le acompañaba una simple patata asada y un pimiento del piquillo.
El sabor de la brasa le dio muchos puntos a este plato. Lo recomendamos.

Después de sorprendernos gratamente con la carne pasamos al postre.
Siempre hemos dicho que nosotros somos más de "chicha", pero bueno, cuando se come de carta uno siempre termina pidiendo postre. Sea lo que sea.
Esta vez elegimos unos "Barquillos con azúcar rellenos de crema con chocolate caliente".
Quizá éste fue el plato más flojo, no sólo por nuestra predilección por la carne sino porque, además de esperar algo demasiado en recibirlo, el chocolate no estaba precisamente caliente.


Esto le bajó puntos a lo que hubiera sido una comida perfecta. Aún así, el postre estaba realmente bueno, y más para los amantes de lo dulce.

Después tomamos nuestro café y reposamos lo que, a nuestro juicio, fue una velada CASI perfecta.
El precio está equilibrado con la calidad. Eso sí, si eliges de carta es posible que no bajes de los 30€. Algo que también puede echar para atrás a mucha gente.



Puntuación (1 a 10):
- Servicio: 5,5
- Cantidad: 6,5
- Calidad: 7
- Precio: 6

Valoración global: 6,5. Lugar bonito, tranquilo y acogedor. Carnes a la brasa buenísimas. Platos muy buenos. Precio algo elevado y servicio no del todo atento.

martes, 15 de mayo de 2012

Arroz del bueno y sin pimentón, gracias.

No somos asiduos a las ofertas del tipo "cupón descuento", pero bueno, éste tenía buena pinta.
Era un menú con 2 entrantes, un plato principal (arroz caldoso con bogavante y nécora) y postre.
Algo que no podíamos dejar escapar. Y menos mal.
El sitio en cuestión es un restaurante valenciano especializado en arroces; "Vent a mar" es su nombre.
El restaurante está situado en el centro de Zaragoza, en una calle famosa por sus innumerables bares de tapas, tipo Calle Laurel de Logroño, salvando las distancias, que son enormes.
El lugar, sinceramente, es algo austero. No hay ninguna separación entre la barra del bar y el restaurante. Las mesas son algo pequeñas y las sillas un tanto incómodas. Incluso es posible que se te acerque algún amable vendedor callejero ofreciéndote relojes o pulseras. A nosotros no nos importa pero es algo que, a mucha gente, puede molestar. 
Como somos de buen comer, decidimos que lo mejor sería pedir alguna ración aparte del menú.
Nos aventuramos con unas gambas al ajillo y unas bravas caseras picantonas. 
La ración de gambas no fue nada especial y tuvo un gran fallo: no seguir la ley de las gambas al ajillo. Sí, esa ley que dice que se deben servir en plato de barro muy caliente y con guindilla. Y eso es así.
¿Las bravas? Nos entretuvieron intentando descifrar su ingrediente secreto: el pimentón. Pero nada más.
Antes de las raciones de nuestro menú nos pusieron un plato de pan tostado con pimentón y aceite. Bueno.

Más tarde no pusieron los entrantes del menú. Un plato de cazón en adobo casero (pimentón otra vez), enharinado y frito.
Se notaba que lo acababan de sacar de la freidora. No sólo por su temperatura, sino por su gran cantidad de aceite. En los fritos somos partidarios de dejar escurrir un poco el aceite para que no se coma el sabor del producto y guste más al paladar. Aún así, estaba realmente bueno. Era una carne tierna, sabrosa y sin espinas, aunque el pimentón empezaba a hartar (y aún quedaba...).
Después vino una fuente generosa de mejillones a la esencia de pimentón. Con mucho caldo (aguado), pero con buen sabor. Pasables.

Ahora viene el plato gordo. El arroz caldoso con bogavante y nécora. Aunque fijaos en la variedad que tienen...




Nos sorprendió muy gratamente. De hecho, podemos decir que es uno de los mejores arroces que hemos probado.
La cantidad era enorme. Una gran cazuela para tres, en la cual pudimos repetir 3 veces por persona. Sí, tres veces.
El arroz estaba delicioso. En su punto, caldoso pero sin estar demasiado líquido y con muchísimo sabor.
No escatimaron en ingredientes: gambas, mejillones, nécoras, bogavantes, almejas... Todo buenísimo.
Los bogavantes eran especialmente grandes, al igual que las nécoras, lo que nos hace suponer que ése fue su gran acierto, ya que los ingredientes habían soltado todo su sabor para que el arroz y el caldo se empaparan de éste.
Y así fue. Una vez hecho, el sabor debe estar en el arroz y no en el bogavante.
El caldo estaba ligeramente espeso, también en su punto. Teníamos que contener las ganas de mojar todo el pan. Y repetíamos, y repetíamos... Incluso bromeábamos con la posibilidad de pedir otra cazuela. Ganas no faltaron.

Fijaos por donde llega la marca del arroz...

Ah! El postre! Da igual, esa misma noche, en la cama, de lo que nos acordamos fue del delicioso arroz... y del pimentón.

Puntuación (1 a 10):
- Servicio: 5,5
- Cantidad: 7,5
- Calidad: 7,5
- Precio: 6,5

Valoración global: 7. Especialista en arroces (caldoso con bogavante buenísimo). Gran cantidad y calidad en el arroz. Visto lo visto, las raciones son totalmente prescindibles. Lugar algo sobrio (más cerca de tasca que de restaurante).

lunes, 30 de abril de 2012

La conjura de los astros (de la pala).

Contadas son las ocasiones en las que se alinean los astros para que todo salga tan bien como pasó el 14 de abril de 2012, fecha para enmarcar. 
No sabemos si fue como recompensa a nuestros rezos o simplemente fruto de la casualidad, pero fue un día perfecto. También tenemos que añadir que con la calidad humana que había en esa reunión de amigos, un par de huevos fritos habrían sabido a pata negra. Como diría César: éramos más gente que personas.
No era, como en otras ocasiones, otra excusa cualquiera para juntarnos. Esta vez la reunión surgió como cierre y celebración de una temporada magnífica del C.P. Vallelado y C.P Pradillos con sus merecidísimos ascensos de categoría, enhorabuena!!!
¿Qué mejor manera que poner el broche de oro en el restaurante "El tejar"? Ése del que tantas veces habíamos oído hablar pero siempre nos habíamos quedado con la miel en los labios...
Pero esta vez iba a ser diferente, ya estábamos en Cardeñadijo. Allí nos esperaba "El tejar".
Lugar situado a pocos kilómetros de Burgos, con el acceso al restaurante un tanto complicado y con escaso aparcamiento.


Pero como dicen nuestras escrituras: el paraíso no está señalado con grandes carteles.
Antes de pasar al comedor, en el pequeño bar tiene una muestra de los moldes y utensilios que se usaban para hacer tejas y ladrillos en ese mismo lugar, que ahora estaba transformado en un acogedor restaurante.
Tiene un comedor amplio (recomendamos reservar) y otra pequeña sala conocida como la sidrería, donde, aparte de las barricas de sidra, están las brasas y el cocinero preparando los productos.
Antes de pensar qué comer es imprescindible que la sidra corra por las mesas. Es un autoservicio y es tan sencillo como acercarte a la barrica, coger un vaso, girar el grifo y tener mejor o peor puntería. Todo un detalle el que puedas degustar la sidra que quieras antes de comer.
Pero pasamos ya a lo que mejor se nos da, es decir, comer.
El plato estrella del lugar es, sin duda, el chuletón, pero es obligatorio probar alguna de sus muchas raciones antes de ese gran plato.
Da igual qué ración tomar, cualquiera merece la pena y no te dejará indiferente.
En esta ocasión degustamos 6 raciones antes de la carne y todo fue regado por un vino rosado frío que pasaba realmente bien.
La primera ración fue una magnifica morcilla de burgos. Cortada en rodajas no muy gordas y hecha a la brasa. Morcilla con mucho arroz, buen sabor y el toque de la brasa que siempre sube varios puntos.


La segunda ración, y una de las que más nos llamó la atención, fue el chorizo a la sidra. Lo sirven flambeado, en platos de barro y tiene un sabor realmente increíble. Perfecto.


La tercera ración, la que más nos sorprendió junto con el chorizo, fueron los riñones laminados a la plancha y con sal gorda. Nunca habíamos visto sacar tanto provecho a este producto. Bajo nuestro punto de vista, probar el chorizo y los riñones en este restaurante es obligatorio.
La cuarta ración, mollejas de cordero. Estaban muy buenas, pero no eran especialmente destacables ni sobresalían tanto como el resto de productos.
Quinta ración, tortilla de ajetes. Muy buena y jugosa, pero quizás en un día de menos apetito sería la primera de las que prescindiríamos junto a las mollejas.
La sexta ración normalmente es un segundo plato, pero en esta ocasión se pidió como ración, y si fuéramos 100 veces al restaurante, 100 veces que la pediríamos. Fueron unas magnificas cocochas de bacalao al pilpil realmente exquisitas. Tampoco es un producto que necesite mucha publicidad, pero en está ocasión, más que publicidad se merecían un monumento.
Llegados a este punto, el plato estrella hizo presencia en la mesa.


Unos magníficos chuletones que pasan primero por la brasa, luego son deshuesados y más tarde troceados.
Vienen acompañados de unos platos de barro calientes para que cada uno le de el punto final que quiera. La carne es de un sabor increíble, tierna como pocas y se nota al probar que es una carne ya hecha por lo sabrosa que es, sobre todo las piezas pegadas al hueso.


Ni mucho menos defraudó a las expectativas generadas.
Como colofón final, pedimos un variado de postres, donde lo más destacable fue la tarta de queso, sin ser éste el punto fuerte del restaurante.
El precio, nada caro para la calidad que da en todos y cada uno de sus productos.
Para que os hagáis una idea, el precio medio ronda entre los 25€ y los 35€, incluidas las raciones, chuletón, postre, vino y copa. No te quedarás con hambre.

Como conclusión, citamos una frase de Raúl que resume está experiencia: "Pero que a gusto se está cuando se está a gusto"


Puntuación (1 a 10):
- Servicio: 9
- Cantidad: 9
- Calidad: 10
- Precio: 9

Valoración global: 9. Magnífico sitio para comer. Calidad increíble en todos sus productos y un precio asequible para el servicio que tiene y la calidad/cantidad que ponen. Si todo esto lo acompañas de buena gente se convertirá en una experiencia única.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Alto copete.

¿Para qué engañarnos? Somos partidarios de darnos algún capricho de vez en cuando.
Y en este tiempo que no hemos actualizado lo hemos hecho por partida doble en uno de los restaurantes más famosos y elegantes de la provincia oscense; el restaurante "Venta del Sotón".
Está situado cerca de Huesca, en el pueblo de Esquedas. No muy lejos encontramos el conocido castillo románico de Loarre; visita obligada.

En este restaurante no sólo la comida es lo esencial, también el servicio, la innovación, el ambiente y la decoración acompaña al género que nos llevamos a la boca.
El Sotón vivió su gran esplendor en los años 90 donde su dueño, Lorenzo Acín, quien abrió el restaurante con tan sólo 17 años, llegó a ser el encargado del banquete cumbre de la Semana del Pabellón de España en la Expo'92, donde comieron tanto la Casa Real española como más de 30 presidentes iberoamericanos.
Han pasado muchos años desde entonces pero su actual gerente, Ana Acín, no ha escatimado la calidad de sus platos ni un ápice, todo lo contrario.

En su entrada podemos encontrar una gran chimenea que caracteriza al edificio rememorando a las típicas chimeneas pirenaicas. Después nos encontramos con el comedor de carta donde el atento servicio nos guiará a la mesa.
Una vez elegidos nuestros platos nos pondrán en la mesa una degustación de aceites del Alto Aragón (la cobran). Degustación exquisita con diferentes sabores, amarguras y  panes. Nos ofrecen un folleto explicando la nota de cata de todos los aceites y de dónde proceden. Curioso.
Durante toda la comida tendremos a los camareros encima, muy pendientes de que en nuestra copa siempre haya líquido.
La carta es variada, con platos en honor al fundador del restaurante y con una calidad altísima. No son platos copiosos pero tienen una gran presentación y los productos son buenísimos.

El caso, vamos a describir los platos:
Como primero elegimos un plato de "Tallarines frescos tricolor con arenque marinado". Un plato que, al gusto, nos pareció espectacular. Espectacular, de verdad. El sabor del arenque era intenso y especiado. Sabor que cubría todo el paladar.
La combinación con los tallarines es agradable a la boca, ya que suaviza un poco el sabor a pescado.
La presentación no resulta nada llamativa, si bien es verdad que tampoco se puede jugar mucho con tan pocos ingredientes.

Otra elección fue una ensalada de endivias moradas con queso roquefort y base de salmón y tomates.
La fusión de las endibias con el queso es de sobra conocida, algo que nunca falla. Además el toque del pescado le añade un toque fresco característico y el tomate un toque algo dulce incluso.

Como segundos platos tenemos opciones varias. Muchas opciones en carnes, no tantas en pescado.

¿Qué podemos decir del "Canelón de civet de jabalí, trompetilla negra, crema ligera de su jugo y queso Radiquero"? Pues que es sencillamente exquisito.
El plato se compone de dos canelones bastante grandes (unos 20cm) hechos con pasta casera. Tiene un gran sabor ya que la carne de jabalí tiene en ocasiones un gusto fuerte. De todas maneras, la crema ligera de su jugo le rebaja el sabor intenso y le da un toque suave al paladar.
Las trompetillas y el queso vienen gratinados que le da un toque final... Las trompetillas quedan crujientes (incluso demasiado) al ser una seta de poca carne y de tamaño pequeño.
Los quesos de Radiquero son de sobra conocidos incluso a nivel internacional. Quesos elaborados con leche de cabra ricos en calcio con un sabor suave en la carne pero fuerte en corteza. Así que son la guinda para este estupendo plato.

Impresionante también el "Cordero lechal de Huesca asado al horno con patatas a lo pobre".
Nos quedó la duda de su elaboración ya que estaba exactamente en su punto. No sabemos muy bien si tienen los asados a "medio preparar" y les pegan el último golpe a la hora de servirlos o realmente se pegan sus horas "oficiales" de asado. El caso es que está sensacional.
La corteza queda crujiente y con buen color, la carne jugosísima y con el sabor propio del lechal (sin llegar al típico ternasco). La pieza es generosa; paletilla entera.

En cuanto a los postres... Una especialidad de la casa es el souffle. Lo preparan en un carrito al lado de la mesa, quemando las claras de huevo con brandy. Como bien indica en la carta, lleva su tiempo.
La tarta de queso está muy buena, pero en este tipo de postres ya se sabe que nunca se acierta del todo. A unos les gusta blanda, a otros más espesa; pero bueno, la tarta es casera, aunque no destaca tanto como los otros platos.

Despues, y siguiendo con los detalles, nos ponen una bandeja de pastas y chocolates caseros y un porrón de vino dulce que está buenísimo. El vino tiene un cierto gusto a hidromiel y, por supuesto, ¡entra sólo!

Y como sorpresa, un plato con una especie de pastilla en la que echan agua caliente y se convierte en una perfecta servilleta húmeda para poder limpiarnos los restos del chocolate.

Aunque el precio sea algo elevado, podemos confirmar que merece la pena. La atención, los detalles y la calidad de este tipo de restaurantes se paga. Los 50€ por persona son inexcusables.
Eso sí, volveremos.



Puntuación (1 a 10):

- Servicio: 10
- Cantidad: 7,5
- Calidad: 9
- Precio: 8


Valoración global: 9. Increíble calidad y servicio. Con detalles  que al final se pagan (no avisan). Restaurante de renombre. Buen ambiente y tranquilo.