martes, 24 de mayo de 2011

Bar Mianka, ¡esas patatas!

El bar Mianka es un bar situado en el Paseo Renacimiento de Valladolid. En un bonito y tranquilo paseo a las orillas del río Pisuerga, cerca del Puente Mayor, entre el parque de las Moreras (con su playa) y el parque Ribera de Castilla.

Sitio excelente para pasar un buen día de vermut, una tarde de tapeo o una cena informal.
Tiene una gran terraza y dos comedores, uno a pie de barra y otro en la planta inferior. El servicio puede llegar a ser un poco pesado ya que insisten en que pruebes toda la variedad de carta, pero es muy atento y simpático.
El bar posee una gran diversidad de tapas tanto frías como calientes. El abanico es impresionante. Toda la barra está repleta de tapas y es hasta difícil saber cual elegir incluso conociendo tus propios gustos. Tiene desde las tapas más tradicionales a otras que mezclan varios productos que dan una sabor original a cada tapa. Cabe destacar que los precios son muy variopintos y puedes degustar cualquier tapa "especial" por un poco más de dinero o cualquiera típica si no quieres gastar mucho.

Si vais a cenar, es muy recomendable pedir la típica "rueda de tapas" que consiste en una bandeja repleta de pinchos tanto fríos como calientes, partidos (para compartir) y listos para degustar que aseguran originalidad, variedad y buen gusto. También tienen otro tipo de ruedas (más conocidas como tablas) por si no te convencen los bocados "pequeños". Este tipo de tabla cambia un poco porque en vez de ser de tapas es de calamares, croquetas, langostinos, chuletas, chorizo, etc. Algo más consistente.
Al ser un lugar muy frecuentado, las tapas están recién hechas prácticamente durante todo el día, incluso en la cena. Los postres de la misma también son muy solicitados. En las cenas regalan unos chupitos de mora con nata y canela.

Es obligatorio probar las "patatas de la casa", ya sea en aperitivo o acompañando la cena, ya que es uno de los mejores platos que nos encontramos en este excelente bar.
Es su especialidad sin lugar a dudas. Unas patatas con un tipo de corte entre "a lo pobre" y "chips" pero un poco más grueso para que no se lleguen a dorar y queden totalmente jugosas. Cocinadas excelentemente y acompañadas de una especie de salsa mayonesa de ajo y pimentón dulce espolvoreado. Plato sencillo pero exquisito que puede servir como aperitivo, entrante, primer plato o como simple capricho.
Nos recomendaron el bar por sus patatas y no nos defraudaron. De hecho, han sido las culpables de que escribiéramos este artículo.

Si tenéis oportunidad, no hay excusa; probarlo.


Puntuación (1 a 10):
- Servicio: 5
- Cantidad: 6
- Calidad: 7
- Precio: 6


Valoración global: 6.  Gran variedad de tapas, exquisitas patatas y originales ruedas, aunque alguna ración se queda algo corta. Buen servicio y precio asequible para un buen tapeo.

viernes, 20 de mayo de 2011

Sentado también se reza.

Lo volvimos a hacer.
Esta vez ya íbamos con la idea de NO comernos todo ya que la experiencia anterior no fue del todo gratificante, físicamente hablando.
Movidos por nuestro fanatismo decidimos esta vez apostar por un restaurante con nombre sugerente: El mesón de los 20 platos (aunque en realidad se llama "El mesón").
Es un restaurante situado en la localidad de Almonacid de la Sierra, Zaragoza. Antigua comunidad árabe y actual tierra de vinos. Casas con decoración mudéjar y calles estrechas muy acogedoras.

Ante semejante reto miramos información por Internet y descubrimos que era poco menos que ir a la guerra.
Todo el mundo hablaba bien de él; mucha cantidad, comida casera, no mal trato... Así que no se hable más, a comer!
El mesón tiene un comedor enorme, aunque casi siempre está lleno de gente, por eso aconsejamos reservar. Mesas de todos los tipos, 2, 5, 15, 20 personas... Y un servicio muy rápido, casi excesivo.

Antes de que decidas si quieres menú, carta o el famoso "Menú de los 20 platos" ya tienes el primer plato en la mesa: una gran cazuela de sopa de cocido. Por supuesto, puedes echarte toda la sopa que desees, aunque no es aconsejable sabiendo lo que viene después.
Aquí es donde viene el camarero/a para preguntar qué es lo que quieres comer. Sin dudar, elegimos el famoso menú.

En todos los platos ponen cazuelas gigantes, para que puedas servirte lo que quieras. Es un gran acierto porque puedes ir picando lo que te venga en gana pero los platos van rotando por todas las mesas para ir aprovechando hasta el último gramo. Eso es algo que no a todo el mundo le parece bien.

Pero no hay vuelta atrás. Aquí llega el gran reto: dar comienzo al festín.

1- Sopa de cocido: Muy aguada y con poco sabor, pero bueno, como regalo de bienvenida se puede aceptar.


2- Cocido de garbanzos: Empezamos con ilusión y ganas con un excelente cocido de garbanzos completo: oreja, morcilla, longaniza, tocino... Gran sabor, añejo, buena carne. Nada pesado, perfecto. Y sin duda fue uno de los mejores platos.


3- Judías Blancas (junto con un bote de guindillas gigante): no es un plato que nos encantara. Estaban algo sosas e insípidas, les faltaba algo acompañándolas para notar un poco de sabor. Como curiosidad, te ponen un bote de guindillas de tamaño industrial que aportan un poco de gracia a las judías.


4- Menestra de verduras: muy típico, nada especial, aunque era completa y estaba bien preparada.


5- Tomates abiertos: los tomates eran grandes y coloridos, pero no de un gran sabor. Bastante duros también, aunque coger un buen tomate puede ser cuestión de suerte.


6- Huevos rellenos de atún: buen sabor del atún, aunque casi se podría considerar como tapa en vez de plato. Nada especial.


7- Paella: te plantan una paellera enorme encima de la mesa. Como hemos comentado antes, los platos van rotando de mesa en mesa y estaba incluso un poco pasada. De todas maneras la paella es mixta y bien cargada. Aceptable y muy grande, pero en otra liga diferente de las grandes paellas.


8- Pimientos verdes fritos: el nombre lo dice todo.


9- Pollo frito: muslos de pollo frito. Este plato siempre cumple.


10- Croquetas caseras: muy muy buenas. Con gran sabor a carne de cocido (posiblemente aprovechado del plato nº2). Quizás junto al cocido sean los platos mejor preparados.


11- Morcilla: por la zona norte y noreste de Aragón hace unas buenas morcillas. Ésta no era de ahí. Y mucho menos de Burgos, donde hacen las mejores morcillas de España. Sin comparación.


12- Longaniza frita: Uno de los productos más típicos de Aragón que a la gente siempre gusta. Aquí vemos la longaniza con todos los anteriores platos.


13- Salchichas con tomate: salchichas de carne caseras. Buen sabor y con una salsa de tomate muy rica para el poco pan que pusieron (se puede pedir más si se quiere).


14- Lomo a la riojana: lomo muy seco. Ayudaba mucho la salsa para poder pasarlo.


15- Pavo guisado: dos buenas patas de pavo con una carne muy jugosa. Bien preparado.


16- Conejo guisado con salsa de almendras: No es nuestra carne preferida, pero quizás mejor que la de la anterior experiencia.


17- Champiñones rellenos de jamón: muy buenos. Otro de los platos estrellas. Champiñones de mucho sabor, bien preprados y acompañados de un buen jamón para completar un gran bocado.


18- Ciervo guisado con patatas: carne de sabor intenso pero algo seca para ser un guiso.


19- Albóndigas de ciervo al vino: enormes, del tamaño de un puño. Casi para compartir a estas alturas. Demasiado sabor a vino, prácticamente inapreciable el sabor de la carne de la albóndiga.


20- Rabo de ternera guisado: uno de los platos estrellas del menú a priori pero una de las grandes decepciones a posteriori. Falta de sabor y de elaboración.


21- Jarretes guisados a la jardinera: muy ricos. Sabor excelente, tiernos y jugosos.


22- Caracoles con tomate: en este plato siempre hay confrontación. A quien le gustan los caracoles, los adoran; a quien no, los odian. En este caso el plato no pasó el corte. Nada especial y preparación discreta.


23- Langostinos cocidos: de gran tamaño. Muy salados. Lo mejor fue la mayonesa para huntarlos. Aquí el teléfono ya se quedaba sin batería.
24- Espárragos: enormes, tiernos y sin hebras. Buenísimos. Un 10.
25- Un queso curado: te ponen el queso con una guillotina y comes lo que quieras. El queso estaba algo seco dado el tiempo que llevaba empezado. Esperábamos algo mejor.


26- Un jamón: lo mismo que el queso. Ponen el jamón entero pero dado los "viajes" que hace estaba muy seco. Un jamón siempre es buena opción, pero éste ya estaba "en los huesos".


27- Botella de sidra: qué decir... Una botella de sidra "El Gaitero" entera para que te sirvas lo que te apetezca. Con dos copas es suficiente para poder empezar a bajar toda la comida.


28- Melocotón con vino: un gran balde con melocotón con vino. Nada misterioso aunque estaba muy rico.


29- Comtessa: prácticamente una Comtessa entera para cada uno. Se agradece algo frío después de una comilona como ésta pero quizás el tamaño es excesivo. Nosotros, que nos gustan los excesos, pudimos con ella. Ojo con el detalle de la bengala.


30- Vino "de joder": un curioso porrón de barro con forma de guardia civil en el que se bebe un vino rancio para eso, para joder. Tenéis que ver la leyenda que está escrita en la parte de atrás. Gracioso.
31- Regalo de botella de vino: una vez pagada la cuenta te regalan una botella de vino de la zona. Un gran detalle.

Esta experiencia fue mucho más gratificante, solo físicamente, que la anterior (esta vez no tuvimos que rezar).
Aprendimos la lección y esta vez fuimos probando de todo sin hartarnos de nada.
De todas maneras; el restaurante está muy bien. Comida casera y en cantidades industriales. Quizás lo que le falle es el servicio que, aunque son muy atentos, son excesivamente rápidos. Algún plato no pasa el corte pero otros tienen un sobresaliente.
¿El precio? Todo esto que hemos explicado os lo podéis llevar en el estómago por 26€, bebida y pan incluidos (sin café). Nada caro para la cantidad que ponen.
Un sitio muy recomendable. Recordaréis esta experiencia durante mucho tiempo. Asegurado.

Sin rezar volvimos a casa, eso sí, como dios.

Puntuación (1 a 10):
- Servicio: 4
- Cantidad: 10
- Calidad: 4
- Precio: 7

Valoración global: 6. Muchísima cantidad pero con pocos platos a destacar. Servicio no muy atento y demasiado rápido. Precio muy bueno para toda la comida y detalles (regalo de botella de vino incluida).