jueves, 28 de junio de 2012

Pechugas de pollo con bechamel gratinadas.

Somos unos aventureros. Lo admitimos. A veces, incluso, nos metemos en la cocina.
No somos grandes frailes en estos lares, pero sí buenos monaguillos.
Queremos demostrar, promulgar y animaros a que os metáis en lo que es la "cocina fácil".
Todos podemos ser buenos frailes. Y en ello estamos...
Así que ésta será la primera receta de nuestro pequeño convento.

¡Animaros a hacerla y no dudéis en comentarla! ¿Alguna sugerencia?


PECHUGAS DE POLLO CON BECHAMEL GRATINADAS

INGREDIENTES:

Pechugas de pollo.
Cebolla.
Sal.
Pimienta.
Tranchetes de queso o cualquier tipo de queso que nos guste.
Salsa bechamel: mantequilla, 4 cucharadas de harina, sal, nuez moscada y leche.
Queso para gratinar.

PREPARACIÓN:

Cortamos en tiras las pechugas y las salpimentamos (también se puede añadir un poco de nuez moscada si se quiere). Troceamos la cebolla y lo cocinamos todo a fuego lento durante unos 10 minutos aproximadamente.

A continuación preparamos una bechamel. Para ello derretimos un poco de mantequilla en una sartén y añadimos 4 cucharadas de harina, una poco de sal y una pizca de nuez moscada. Removemos hasta que tenga un color marroncito y poco a poco añadimos la leche hasta que espese al gusto. 
Para este plato es conveniente una bechamel algo espesa pero podemos añadir leche hasta que consigamos la textura deseada por cada uno. Si se quiere, también se puede usar bechamel de la que venden ya preparada, lo cual simplificará muchísimo la preparación del plato.

Mientras precalentamos el horno a unos 180º, mezclamos las pechugas y la cebolla (escurrido el aceite) en una fuente para horno con la base cubierta de bechamel y queso (tranchetes, queso de cabra o cualquier queso que nos guste). La bechamel y el queso debe cubrir todo (hay mucha gente que en este punto le añade también bacon troceado). 

Por último echamos una capa generosa de queso rallado para gratinar y lo metemos al horno en la bandeja central el tiempo justo hasta que tome un color dorado y ya estará listo para servir.

Por experiencia propia os garantizamos que es un plato exquisito, fácil de preparar (sobretodo si la bechamel es comprada) y que gustará a todo el mundo.


La foto no es nuestra pero os quedará algo parecido a esto. ;)

martes, 19 de junio de 2012

¿Te gustan los mejillones?

Hoy queremos hablar un poco más en profundidad de uno de nuestros productos preferidos: los mejillones.

Los mejillones (Mytilidae), son moluscos que viven en comunidades adheridos a rocas por medio de su pie, son exclusivamente marinos y viven sumergidos en la zona de mareas o por debajo de esta, repartido por las costas de todo el mundo.

Se denominan Filibranquios ya que los “pelos” que tienen son en realidad filamentos o ramificaciones de sus branquias. Los mejillones son moluscos filtradores y tienen una enorme capacidad de filtración, pueden llegar a bombear hasta ocho litros de agua por hora a través de una abertura en el borde del manto. El agua entra en la cavidad por la acción de los cilios, situados en las branquias. Los mejillones filtran el agua y se alimentan de fitoplancton y materia orgánica que está suspendida en el agua. Los palpos situados alrededor de la boca seleccionan las partículas que van a ser ingeridas y el alimento no consumido se expulsa a través de otra abertura del manto.

Los mejillones son unisexuales y la hembra puede llegar a depositar más de un millón de óvulos y la incubación, dependiendo de la temperatura del agua, puede durar entre una o dos semanas.

La mayoría del producto que se consume se cultiva en criaderos y viveros debido a su rápido crecimiento, facilidad para adherirse a soportes y una muy apreciada carne.
España (sobre todo las Rías Gallegas) y los Países Bajos son los países productores más importantes.
El cultivo en batea es el método tradicional de producción de mejillón en Galicia, recomendamos la visita a O´Grove donde se puede hacer una excursión por las Rías hasta las bateas en barcos preparados para este fin y, aparte, mientras recibes la explicación sobre su cultivo puedes degustar este magnífico producto.
El sistema de las bateas es el que mejor rendimiento da de todos los conocidos, y así lo demuestran los datos que nos dicen que más de la mitad de la producción mundial del mejillón, por cultivo, se produce en Galicia con unas 240.000 toneladas de mejillón comercializados al año.

Las bateas, dependiendo de la antigüedad, pueden tener diferentes sistemas pero en general son de forma rectangular y está formada por una serie de flotadores que sujetan una serie de listones de madera de eucalipto, con una superficie no superior a los 500 metros cuadrados.

El proceso de cultivo comienza con la obtención de la cría también llamada mejilla, que puede realizarse por medio de cuerdas colectoras en la propia batea aprovechando el desove del mejillón.

El paso siguiente es el encordado, donde con la ayuda de una red fina de algodón las mejillas se colocan sobre cuerdas, de entre 15 y 20 metros, que cuelgan de las bateas, donde permanecerán completamente sumergidas hasta que el peso de la cuerda sea de aproximadamente 100 kilos. Pasando un período de 4 a 6 meses es necesario hacer un desdoblamiento de las cuerdas, ya que multiplican su peso por 10. Esto consiste en sacar las cuerdas desprendiendo el mejillón y después se vuelve a encordar, obteniendo entre 2 o 3 cuerdas de unos 30 kilos, por cada una de las cuerdas iniciales.
Cuando el mejillón consigue unas medidas establecidas (para el grande hasta 27 piezas el kilo y de 28 a 37 piezas el kilo para el normal), se procede a la recolección, selección y envasado en sacos para enviar los mejillones a la depuradora y su posterior comercialización.

El mejillón es un alimento delicioso y muy popular en platos de nuestra gastronomía que además proporciona notables beneficios para nuestra salud. Posee alrededor de 4,5 mg de hierro por cada 100 gramos, cuando en la mayor parte de los pescados y carnes en general el aporte promedio ronda los 2 mg por cada 100 gramos. Aparate del hierro, también tiene poder antioxidante ya que contiene minerales como el sodio, potasio, fósforo, magnesio, yodo y selenio. Entre otras propiedades contiene vitamina E y vitamina C que poseen una gran capacidad para neutralizar a los peligrosos radicales libres. Asimismo, posee importantes cantidades de dos vitaminas que son esenciales para la formación de los glóbulos rojos de la sangre: ácido fólico y vitamina B12.
Todo ello lo convierten en un alimento ideal para prevenir la anemia. Para aprovechar todas estas cualidades antianémicas la mejor manera de consumirlo es hervido y con zumo de limón.

Recomendamos su consumo regular, aunque recuerda que los meses que contengan una R son los meses en los que los mejillones están en su mejor punto. Al que no le gusten los mejillones le podemos decir que todo es ponerse. Lo decimos por experiencia personal ya que uno de nosotros, hace unos 6 meses, los odiaba y ahora los adora. Por algo será.

jueves, 7 de junio de 2012

Para bueyes, ¡los de Segovia!

Los auténticos bueyes existen y están en Segovia.
Son muchas las veces que hemos oido que la carne de buey es dificil de encontrar y que casi siempre te dan gato por liebre. Pues en Carbonero (Segovia) puedes ver hasta la foto del buey que te estas comiendo con su correspondiente sello de garantía. El sitio es el mesón "El Riscal".
"El Riscal" fue pionero en la producción de bueyes de trabajo españoles y es conocido por tener ganadería propia. Así que el que dude de la autenticidad de la carne, puede ir a verla.
El mesón, con buen acceso, está situado junto a la carretera que cruza el pueblo. Buen aparcamiento y con varios comedores. Se nota que intentan renovar el restaurante cada cierto tiempo ya que todos los comedores tienen una decoración moderna y elegante.
Es un sitio de gran prestigio y fama, no solo en la zona, como atestiguan las cantidad de fotos con distintas personalidades que han pasado por el restaurante y la ganadería. Sus bueyes son famosos.
Su plato principal es la carne de buey (con certificación CaBu) a la piedra, pero siempre acompañados de unos buenos entrantes. Desde luego, no esperes grandes cantidades en estos platos, porque te llevarás una desilusión. Merece mención especial el carpaccio de buey. Al que le guste este tipo de carne deberá pedirlo ya que es realmente excepcional. No te defraudará.
El resto de entrantes que hemos probado son buenos, sin llegar a ser espectaculares.
Todos llevan una muy buena presentación pero, como hemos dicho, son un poco escasos.
Las ensaladas tampoco están nada mal y son un buen acompañamiento tanto para los entrantes como para la carne.
El plato principal y el que ha dado la fama al restaurante, es la carne a la piedra.
Te sirven un plato de carne de buey fileteada muy fina y una piedra caliente para hacerla al gusto propio (como debe ser).


Es tan fina que en unos pocos segundos pasará del plato en crudo a la piedra caliente y seguido a la boca del comensal. Para nosotros quizás se sacaría más provecho si no fueran laminas tan finas, pero eso es cuestión de gustos y "El Riscal" así gusta. Quizás sólo sea cosa nuestra...
Aparte de eso, la carne es tal como se la espera. Muy sabrosa y tierna y la acompañan de unas patatas que siempre hacen buena compañía.


Sobre los postres destacar por encima de todo la tarta de queso (creemos que el postre ha cambiado de nombre). Es realmente espectacular, a la altura de la carne. La presentación de cualquiera de los postres es muy original.


El servicio es muy atento y el sitio está preparado para recibir a mucha gente. El precio puede ser un problema ya que, hoy por hoy, está entre los 40€ y 50€ por persona. Quizás la fama y la modernización del local influyen para que el precio aumente. En este caso creemos que sí. Pero eso sí, nadie te podrá volver a decir quer no has probado la auténtica carne de buey.

Puntuación (1 a 10):
- Servicio: 8
- Cantidad: 6
- Calidad: 8
- Precio: 6

Valoración global: 7. Comerás buey del bueno, del de verdad. Muy buen sitio, con un buen servicio y con calidad en todos los platos. Precio elevado, ya que es sitio de renombre.