viernes, 27 de marzo de 2015

Tras la senda del chuletón.

Cada fraile tiene sus santos preferidos y uno de los nuestros, sin ninguna duda, es el chuletón. Somos devotos desde hace años y lo sacamos en procesión siempre que podemos.

En esta ocasión vimos en Zaragoza un cartel enorme que dice que en Huesca, en el Trinche Asador, se puede comer uno de los buenos. Y como no podía ser de otra manera, hemos ido a rezarle.

En este restaurante el chuletón se presenta en un menú cerrado que consiste en unos entrantes para compartir, chuletón, pan, postre, agua, vino rioja y café por 35€ por persona.

En lo que a entrantes se refiere consta de unos embutidos, aceitunas (hasta aquí nada destacable), unas ricas croquetas caseras de bacalao (y que en esta ocasión podemos asegurar que sí que eran caseras) y todo esto acompañado de una ensalada de lechuga de hoja de roble con espárragos, cebolla, tomate, melón, anchoas y una riquísima ventresca de atún que fue lo que más nos gustó. En fin, una buena ensalada.


Y ahora venía nuestro santo. La carne se presenta en una pieza de aproximadamente 1 kilo de ternera de Broto, pasada por la brasa y posteriormente fileteada y con una piedra caliente al centro para terminar de dar cada uno su punto óptimo.
A la vista y al tacto pudimos comprobar que el chuletón hacía un buen rato que había salido de la brasa y no se presentaba con el trozo de grasa correspondiente para engrasar la piedra y evitar que se pegue. Dos errores importantes pero fácilmente mejorables.
La carne de Broto era realmente tierna y sabrosa, no nos vamos a engañar. De los frailes es sabido que damos mucha importancia al tiempo de curación de la carne a la hora de comer chuletón, y en esta ocasión podemos decir que ese tiempo de curación le daba a la carne un buen gusto y que aportaba un sabor intenso, sobretodo en los bordes y la carne pegada al hueso. No podemos poner ningún pero a la carne en lo respectivo a tierno y sabroso. Podéis ver su apariencia.


Los postres eran caseros, que siempre se agradece, pero muy sencillos. En esta ocasión probamos las natillas, las cuales estaban simplemente correctas, y un arroz con leche insulso y acuoso que daba la sensación de estar cocido con agua y terminado con leche. Otro error fatídico en este tipo de postres.

La verdad es que el chuletón estaba realmente bueno y quizá no llega al nivel de nuestros sitios preferidos para comer chuletón a la brasa porque tenemos el nivel muy alto y deberíamos bajar de los cielos para poner los pies en la tierra. Y es que nunca olvidamos de El Tejar...
Con unos pequeños detalles puede convertirse en uno de los mejores sitios de la ciudad para comer chuletón a la brasa. Un producto que, desgraciadamente, esté muy descuidado en Huesca.


Puntuación (1 a 10):
-Servicio: 6.5
-Cantidad: 6
-Calidad: 6.5
-Precio: 6

Valoración global: 6. Carne sabrosa y tierna, buena ensalada, pero falta por pulir algunos detalles para dar un salto de calidad.