martes, 22 de noviembre de 2011

El milagro asturiano.

¿Quien hubiera imaginado poder encontrar este tesoro gastronómico asturiano en plena costa mediterránea? Nosotros jamás, pero el milagro se dio y por casualidad, como dicen que pasan estas cosas.

Este verano estábamos andando tranquilamente por el paseo marítimo y las proximidades de la céntrica y bulliciosa "Playa del cura" (no podía ser otra para unos frailes como nosotros) de Torrevieja (Alicante) cuando vimos por casualidad un pequeño local llamado "D´Pablo" situado muy cerca de la Avenida de los Marineros.
Desprendía un olor a sidra hipnotizante. Además, en la puerta, había un cartel que decía algo así: parrillada para 4 personas 28€, compuesta de panceta, lomo, morcilla, chorizo, churrasco, chuletillas, ensalada y patatas. Interesante; pensamos. Pero ese día nos depararía una sorpresa mucho mayor.
La parte posterior del cartel decía algo como esto: cabrito asado para 4 personas + ensalada + patatas + postre por 32€. Después de frotarnos los ojos durante un par de minutos hicimos lo que cualquier buen fraile haría, o sea, pedir una mesa y sentarnos a cenar. Solo quedaba una mesa libre y no era en terraza, así que entramos al pequeño comedor del restaurante con ganas de comenzar la comilona.
En la mesa de al lado se encontraba una pareja que, inconscientes, pidieron un cabrito para ellos solos pensando que el plato sería más bien pequeño. Nada más lejos de la realidad. No se habían comido ni una cuarta parte de la pieza y ya nos miraban con cara de pedir ayuda, aunque en su favor diremos que ni los 2 mejores frailes se podían terminar semejante cabrito asado.
En un principio lo que nos animó a entrar en el restaurante fue el cabrito pero viendo la comida que pasaba delante de nuestros ojos hacia otras mesas no teníamos muy claro qué pedir así que pedimos consejo a la simpática camarera que nos dijo: "aquí todo está bueno, pero el chuletón de ternera asturiana es el plato estrella.". Se nos pusieron los ojos como platos y accedimos a su sugerencia.
De repente trajo a la mesa el gran invento del escanciador "Isidrin" con su botella de sidra correspondiente y una pieza de carne de casi 2 kilos para ver si era de nuestro gusto. Ufff... un chuletón de 2 kilos...
Hay que decir que el precio del chuletón va por kilos y cambia dependiendo del mercado. Aquel día estaba a 18€.

Como no nos gusta esperar sin picar, pedimos una ración de mejillones para matar el rato (y llenar el estómago). Y... vaya ración! Una cazuela enorme de mejillones al vapor por un precio de 6€. La cantidad de mejillones que había en esa cazuela era casi 3 veces la de una ración de mejillones de cualquier otro bar. La impresionante calidad y el precio hacen imprescindibles pedirla.
Una vez terminados los mejillones, llegó el chuletón acompañado de una ensalada y patatas. ¡Qué nervios!
La pieza de carne era enorme, pero se quedaba pequeña al lado de su calidad y su sabor. Todo eso, sumado a su perfecto punto de preparación, hace que estemos en posición de afirmar que es el mejor chuletón que hemos comido jamás (y van unos cuantos ya entre pecho y espalda). Éste sobresale por encima del resto en todos los sentidos: sabor, preparación y precio.
Después de terminar el magnífico chuletón y de bebernos 2 botellas de sidra llegaron los postres.
¿Qué podemos decir? Pues que estaban todos buenísimos, aunque eran enormes para estas alturas de la noche. Aconsejamos compartir. Cualquier tarta (de manzana, de queso, de fresas, de chocolate, de naranja) está buenísima.
Un broche de oro a una noche gastronómicamente redonda. Y además, barato. 58€ para 4 personas.

Después de una de las mejores jornadas gastronómicas de nuestras vidas solo se nos ocurrió volver al día siguiente a rezar otra vez al lugar donde se había obrado el milagro, así que reservamos mesa para comer.
Somos así de... ¿viciosos?
En esa segunda visita también estaba "Isidrín" y los mejillones al vapor, pero esta vez cambiamos el chuletón por un cabrito asado acompañado de ensalada y patatas.
El cabrito es una de nuestras carnes favoritas y en esta ocasión volvió a demostrar el por qué. Carne sabrosa, jugosa y muy bien asada.
El postre fue compartido y el precio fue de 36€ (4€ más por la sidra).
Con todo ello nos fuimos bien comulgados para casa con la agradable sensación de haber descubierto este restaurante, lleno de deliciosas sorpresas.


Puntuación (1 a 10):
- Servicio: 8
- Cantidad: 8
- Calidad: 9
- Precio: 9

Valoración global: 8,5. Paraíso gastronómico a un precio inmejorable y con un servicio amable, simpático y cercano. Las carnes son increíbles y los pescados con buena fama. Raciones y postres enormes y de gran calidad. Por poner un pero, el sitio no destaca por su gran decoración, pero para nosotros es un mal menor. Imprescindible reservar, sobre todo los fines de semana.

2 comentarios:

  1. Otro sitio que me apunto!! Os dejastéis la cámara o qué??

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    1. A veces perdemos más tiempo en apuntar detalles que en sacar fotos. Los móviles no lo aguantan... :)

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